Luli Sulichin

Visual Artist

Maria Lucila Sulichin (1984) is an American visual artist born in Argentina. Submerged in an artistic ecosystem of multiple disciplines, she explores controversial postures through conceptual visual projects. Her works integrate diverse techniques and materials such as acrylics and mediums on canvas and wood panel, collages, photography, watercolors on paper, frottage, impasto, and gesso moldings.

Within the framework of American society, Luli gains ingress into moral questionings and puts them in play through her artistic explorations. Who imposes morality? What is liberty? Can we erase the past? These transversal interrogations advance in her works as precocious reflections in the manner of fictional episodes. In her series “The Court of Public Opinion”, Luli turns to a stylistic narrative in the form of courtroom sketch to place in evidence through the manner of self-portraiture, the systemic network of faceless and nameless contemporary judgements: social media as a condemnatory mass, the globalization of culture, double standards.

The question on the imposition of a universal morality and its effect on creativity manifests as the germinal inception that is transformed into poetic display. In the series “Perforation Meditations”, the futile action of making multiple small punctures on transferred pages of paper on canvas infuses each particle with evidence of repetitive systemic markings. The censorship of the surface as an expressive possibility, and the preoccupation in the face of categorizing prejudices, moves the artist to construct stagings that aim to bring from the foreground silenced shadows.

The counterpoint ofwhat should be from within the canonization of beauty, functions through Luli’s work as a disorienting interrogative. And it is here where is assumes a disruptive force. The defense of objects permeated by a strong aestheticization from a direct discourse (the use of plastic dolls in the mixed media photographic installation “Pour La Gallerie” and the statement “I’m Pretty & I Read Magazines”, for example) much like the mounting of dominant stereotypes, point to the uncomfortable and audacious space of one who sustains a posture within a context that is inclined towards a polarized categorization. Throughout her work, Luli weaves a sarcastic sub-plot in the narrative of a society hard pressed for female artists empowered to use their own voices.

María Lucila Sulichin (1984) es una artista americana nacida en Argentina. Sumergida en un ecosistema artístico de múltiples disciplinas, en la actualidad despliega y explora posturas controversiales desde proyectos visuales conceptuales. Su obra integra diversas técnicas y materiales como acrílicos sobre tela y madera, collages, acuarelas sobre papel, moldeados de yeso.

En el entramado de la sociedad americana, Luli se adentra en cuestionamientos morales y los pone en ejercicio a través de sus exploraciones artísticas. ¿Quién impone la moral? ¿Qué es la libertad? ¿Se puede borrar el pasado? Estos interrogantes transversales avanzan en sus trabajos como una reflexión procaz en modo de episodios de ficción. En su obra “La corte de opinión pública”, Luli acude a una narrativa en clave estilística de courtroom sketch para poner en evidencia a modo de un autorretrato la red sistemática del juicio contemporáneo sin rostros ni nombres: la cultura globalizada, las redes sociales como masa condenatoria y exhibitiva, los dobles roles.

La pregunta por la imposición de una moral universal y su efecto sobre la creatividad se manifiesta como el germen que se transforma en un despliegue poético. En la serie “Perforation Meditation”, la acción fútil de realizar múltiples pequeños agujeros en carillas de papel transferido oprime a cada partícula como la evidencia de una repetición sistemática que deja huellas. La censura del plano como posibilidad expresiva y la preocupación ante los prejuicios categorizantes, llevan a la artista a construir escenificaciones que pretenden traer al frente las sombras silenciadas.

El contrapunto del deber ser desde adentro de la canonización de una belleza, funciona en la obra de Luli como un interrogante que descoloca. Y es ahí donde asume su fuerza disruptiva. La defensa de objetos atravesados por una estetización muy fuerte desde un discurso directo (el uso de las muñecas plásticas en la instalación “Pour La Gallerie” y la sentencia “I’m pretty and I read magazines”, por ejemplo) así como la puesta en escena de los estereotipos dominantes, apuntan a ese lugar incómodo y audaz de quien sostiene una postura en un contexto que se inclina a la categorización polarizada. La obra de Luli teje una narrativa sarcástica en la trama de una sociedad urgida de mujeres artistas que asuman su propia voz.

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